martes, 2 de octubre de 2012

El Festival de Cine de San Sebastián a ojos de una principiante. Por Valentina Riveiro


Lo primero señalar que esta crónica está basada entre los días 25 y 28 de septiembre, pero ha sido suficiente (o eso creo) para empaparme del ambiente de uno de los festivales de cine más importantes.
La selección de películas ha sido realmente variada a todos los niveles: dramas y comedias, buenas y malas (y malísimas), comerciales e independientes, de cualquier nacionalidad y de directores más o menos conocidos. Podría hacer una crítica eterna de cada película, pero no soy partidaria de los textos largos en la red, así que me limitaré a escribir lo que me ha llamado la atención, para bien o para mal, siempre desde un punto de vista puramente personal, respetando el resto de opiniones y sin querer echar por tierra el esfuerzo de ningún profesional del cine.
Fotograma del film "Cesare deve morire"
Una de las películas seleccionadas para la Sección Oficial fue The dead and the living de la directora austríaca Barbara Albert. Por resumir, ¿alguna vez habéis visto una película en la que una mujer descubre que uno de sus antepasados perteneció a las SS, y en esa búsqueda de la verdad que sólo ella quiere descubrir, mientras que la gente de su alrededor quiere olvidar, inicia también un viaje personal que la ayudará a madurar y a encontrarse a sí misma? Personalmente es un argumento que me he encontrado varias veces (por ejemplo, La llave de Sarah), motivo principal por el que me sorprende que la película fuera seleccionada, en ningún momento hubo nada que destacara o que me hiciera empatizar con el personaje o con la historia. Todo lo contrario a Cesare deve morire de Paolo y Vittorio Taviani, un grupo de presos se prepara a conciencia la obra de Shakespeare Julio Cesar para representarla, en este proceso, cada preso se siente cada vez más identificado con el personaje que interpreta, llega un punto en el que la película se convierte en la propia obra de teatro; una dirección de fotografía impresionante.
La película iraní Parviz de Majid Barzegar, sorprende y gusta a medida que avanza, lo que al principio parece un drama, bastante lento, termina convirtiéndose en lo que podría llamarse una comedia negra, pero respetando la lentitud del principio. Es una película llena de simbolismo, tanto en el guión como visualmente, y el trabajo del actor principal Levon Haftvan es digno de mención, olvidas que estás viendo a un artista para sumergirte en lo que siente el personaje.
Gael Garcia Bernal en "No" de Pablo Larraín
Una película que seguro llega a los cines españoles es No de Pablo Larraín, protagonizada por Gael García Bernal (También la lluvia), nos presenta el momento histórico del plebiscito de Chile de 1988, desde el punto de vista del director de la campaña que corroboraba el NO a la continuación de Pinochet en el poder, René Saavedra. En estos momentos, lo que menos apetece son películas de contenido político, y de hecho me planteé si verla o no por pereza a enfrentarme a algo desagradable (mi profesor de guión, Antonio Sánchez Escalonilla, decía que ir al cine es ir a enfrentarse a nuestros problemas, por más que queramos verlo como una forma de evasión), pero doy fe de que es una peli para disfrutar, con momentos que te sacan una sonrisa. Las campañas publicitarias utilizadas en el plebiscito son las que aparecen en la película, y respecto a esto, han tenido en cuenta un detalle técnico muy interesante, pero que prefiero que descubráis por vosotros mismos.
Por supuesto, el cine británico también tuvo su hueco, y como seguidora que soy fui a ver The angel’s share de Ken Loach (aunque en la producción también participaron Francia, Bélgica e Italia, nada menos). Una historia simple, rodeada de humor desde el minuto uno, en ocasiones un poco gamberro, y de violencia, pero en su medida justa. Nos encontramos con una trama muy sencilla: un joven atrapado por su pasado violento, hará lo posible para conseguir una vida mejor, por él, por su novia y su hijo recién nacido. Sencillo y eficaz.
Pero la película que me ha ganado sin ninguna duda es 7 cajas, dirigida por Juan Carlos Maneglia y Tana Schémbori. De producción paraguaya (la historia del cine en Paraguay se resume, como dijeron los propios directores, en 20 películas, para que os hagáis una idea), transcurre en un típico mercado paraguayo: un carretillero de 17 años acepta llevar 7 paquetes a cambio de una buena cantidad de dinero para poder comprarse un móvil con cámara. Humor, acción, vueltas de tuerca y más humor, tuve la suerte de compartir esta película con un periodista y él mismo me aseguró, que en 15 años de festivales no vio ovación como la que recibió. Ojalá llegue a los cines de España porque es digna de ver, sea cual sea el gusto que tengas para el cine.
Fotograma de "Lo imposible" de J.A. Bayona

Lo dicho, podría extenderme hasta el infinito, The impossible de Juan Antonio Bayona (El orfanato), cumple lo que promete sin ninguna duda: maravilla técnica y de dirección; como anécdota, en la proyección que siguió al premio que recibió Ewan McGregor, una mujer se desmayó por la impresión que le causó las heridas de la protagonista. Volver a nacer de Sergio Castellito, venía pisando fuerte y recibió abucheos en su primera proyección. Blancanieves de Pablo Berger, no tuve ocasión de verla, pero ha sido seleccionada para los Oscar, luego sobran las palabras.


Como último comentario, dejaré una observación, concretamente sobre la sección de Nuevos directores. Por algún motivo, en este conjunto de películas del festival predomina la violencia, el sexo y la transgresión en general, lo totalmente opuesto al cine “fácil”, no sé si tendrá que ver con ese espíritu que tienen algunos festivales de “cuanto más dura sea la película, más película es” o que nos estamos acercando a un nuevo modelo de cine en el que hay que llamar la atención del espectador revolviéndole las tripas con situaciones desagradables, y que la mayoría de las veces, no aportan nada. Pero esto solo es un apunte personal, hay miles de historias que contar y millones de maneras de hacerlo y nadie es quién para decir ni qué ni cómo, pero quizás ahora más que nunca, se necesite concienciar a la gente a través de una herramienta tan potente sin dejar de lado un toque de optimismo o esperanza, por utópica que pueda parecer.

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