lunes, 20 de noviembre de 2017

"La Libreria" de Isabel Coixet. Una fábula del poder establecido.

Se títula "La libreria" por no llamarla "Joder por joder". Porque la moraleja de esta película es claramente esa. Y no me refiero a joder con motivos sexuales sino otro tipo de orgasmos de algunos poderosos. La satisfacción de hundir a cualquiera que se ponga en su lugar. Aunque ese "cualquiera" sea una mujer (Emily Mortimer) con aspecto frágil pero con ideas claras de embarcarse en el proyecto de rehabilitar un local y convertirlo en vivienda y negocio. Una librería en un pueblo donde nadie lee. Dónde el  único lector empedernido (Bill Nighy) es una persona recluida en su casa como si fuera el bicho raro del pueblo. Entre ese lector y cliente y la dueña de la librería se crea una amistad especial mientras la actriz Patricia Clarkson en su papel de "todopoderosa" intenta por todos los medios que la librería no tenga ningún éxito ya que su idea era que aquel local fuera un centro de arte. Es ese sentido donde se aprecia el sinsentido de la obcecación para que no se lleve a buen puerto el proyecto de librería. ¿Que mas da una librería que un centro de arte en un pueblo que no tiene interés por nada artístico o cultural que se le parezca? Ahí radica la propuesta de Coixet. Cuando alguien intenta cambiar las cosas establecidas siempre hay alguien que entorpecerá ese sueño. Aunque no consiga nada mas que la satisfacción de aplastar a alguien por diversión. Para dejar la impronta de que alguien manda por encima del resto.
Isabel Coixet dirige esta cinta con buena precisión pero en algunos momentos con algunos puntos muertos que hacen que la historia no tenga tanta fuerza. Coixet tiene la particularidad en muchas escenas de situar la cámara desde lejos. Como una voyeur. Como si no quisiera mantener la distancia entre lo que muestra al espectador y lo que ella siente sobre la historia.
La directora catalana firma una película muy bella donde mezcla el poder con la historia de "amor" entre su mejor cliente y la dueña de la librería. Todos los actores están impecables y bien dirigidos. Puede que le sobre algo de metraje o haber hecho esta película con algo mas de comedia pero Coixet cae en la melancolía con algunos toques humorísticos que también están presentes en muchas de sus películas. 
Película para pasar la tarde y llevarse un sabor agridulce pero a la vez reconfortante por el final inesperado.



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